lunes, enero 23, 2012
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     Mi ultima entrada trataba sobre la libertad, una reflexión propia acerca de este tema candente (sobretodo estos últimos días en las redes sociales donde la cosa está que arde). La entrada de hoy será la reseña de una película cuyo tema central es la misma libertad.

     Visioneers, tal como se titula la película, es una sátira, una exposición critica en las pantallas sobre el estilo de vida en el Oeste. La historia empieza una mañana bien temprano, hora en la que el protagonista llega a su puesto de trabajo, las oficinas de una corporación que gobierna el mundo burocrático y que extiende sus limites hasta la vida intima y personal de cada individuo. El hecho de inmiscuirse hasta el punto de destruir la intidimidad y eliminar la personalidad y los sentimientos de las personas provoca una curiosa reacción entre la población, que padecen de una enfermedad extraña, explotan cada vez que empiezan a tener sueños. ¿Suena raro verdad? Pero esta enfermedad afecta profundamente a los personajes, más al protagonista que se emparanoia con la posibilidad de que en cualquier momento pueda explotar, ya que en su mente una tormenta imaginativa está formando nubarrones cargados de sueños. Además siempre está rodeado de compañeros algo extraños, uno cuyo psicólogo le recomienda que se apunte con la pistola en la sien y apretar el gatillo cada hora para no explotar, una competitiva mujer que intenta subir de puesto con artimañas, y muchos otros. Es una historia divertida, rara pero interesante y sobretodo critica e irónica. El argumento de la película es ¿qué queda dentro de cada uno cuando se le quita la libertad y los sueños? 
Extraño saludo
     Visioneers se estrenó en 2008 en Estados Unidos, pero desafortunadamente nunca llegó a las pantallas españolas. Protagonizada por Zach Galifianakis, actor conocido por las películas de Resacón en Las Vegas y Resacón 2, en el papel de George Washington Winsterhammerman (una burla hacia la descendencia del personaje que forma parte del linaje del fundador de Estados Unidos), la Judy Greer, de Elizabethtown o  Amor y Otras Drogas, en la piel de la depresiva señora Washington. La película es dirigida por Jared Drake siendo esta la única obra suya, hasta el momento. Drake describe una sociedad que se aferra demasiado a los hechos dejando de lado todos los sueños y destruyendo lo que nos convierte en humanos, los sentimientos. La forma de exponer tal idea es algo ácida y dañina pero altamente efectiva ya que no se anda con rodeos a la hora de dejar bien claro cuales son sus propósitos. La obra provoca risas, pero son risas penosas que esconden frustración y el saber que lo que el protagonista vive también lo vivimos muchos de nosotros. ¿Qué ocurre cuando todo lo que te hace persona desaparece y se ve reemplazado por pensamientos mecánicos inculcados parecidos a un lavado de cerebro? La mayoría ni se dan cuenta, pero los que lo hacen ven que su libertad queda limitada casi reducida a escombros tras el aplastante poder de convicción de los que mandan. 
Saludo a la Bandera
     La trama es simple, algo diferente del cine convencional que solemos ver, algo distinto a las comedias comerciales con las que nos han alimentado durante tantos años. Personalmente me gusta la sencillez con la que Drake nos introduce en la vida del protagonista y en su realidad sin sueños, me gusta la manera en dejar al descubierto la personalidad vacía de los personajes y sus temores, me gusta como trata el tema de la competitividad para llegar a lo más alto (otro tema que nos concierne), me gusta la forma en la que son descritos los sentimientos de una persona. No pude dejar de ver una cierta semejanza entre la trama de la película y la novela de Charles Dickens Tiempos Duros, que también trata sobre como el mundo del siglo XIX se estaba volviendo cada vez más inhumano y sombrío por anteponer los hechos a la imaginación y los sueños. 
     Visioneers es un trabajo que vale la pena ver, les aseguro que os aportara una visión positiva basada en hechos negativos sobre la importancia de los sueños. Reconozco que no es la comedia más divertida que haya visto, pero no necesitamos reírnos a carcajadas para pasar un buen rato y quedarnos con un buen sabor de boca. La única pega es que, tal como he dicho al principio, Visioneers no ha llegado al cine español, lo cual quiere decir que no existe una versión en castellano, pero los subtítulos harán su trabajo y os permitirán disfrutar de la película.
     

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